El origen de los cuencos tibetanos se pierden en el pasado, probablemente legado de la religion chamanica Bon, que vivía en el Tibet varios siglos antes de la llegada del budismo.
Los sonidos sutiles, a veces, pasan desapercibidos para nuestro oido.
Por muy descuidados que seamos con respecto a la valoracion de los sonidos como una de las manifestaciones mas elocuentes de la naturaleza, por mucho que infravaloremos el poder que estos pueden tener sobre nuestro cuerpo, y por mucho que despreciemos la belleza de un sonido limpio y pulcro, seguro que, cuando tengamos en nuestras manos un cuenco tibetano y le saquemos su ejemplar sonido, dejaremos que nuestros sentimientos se entremezclen con el alma del Tibet y nos lleven al viaje magico de la meditación.
Los cuencos tibetanos (tambien llamados campanas) no se golpean, se frotan. De ellos sale un sonido armonico inigualable.
De hecho, muchos expertos coinciden en que, no solo es el sonido lo que nos enamora del cuenco, sino su vibracion. Esta vibracion penetra en todo nuestro cuerpo haciendo que la energia se disperse de una manera sublime.
Si tocamos distintas campanas al mismo tiempo, el sonido resultante el sonido resultante, se convierte en algo mas que un simple sonido. Un aura diferente nos envuelve y la paridad de la musica y de la vibracion que absorbemos, nos deja casi extasiados.
Con los cuencos podemos tratar diferentes dolencias, obteniendo sorprendente mejorias. La terapia esta basada en la resonancia de los sonidos en nuestro cuerpo. La cura mediante esta resonancia se basa en el contagio de la vibracion, del cuenco o de la campana, a nuestro cuerpo.
Es decir, el sonido emite una vibracion especial que, entrando a traves de nuestros oidos, se despliegan por todo nuestro organismos.
El sonido tambien altera y cambia las ondas que se producen en el cerebro. Esto activa la cara oculta de la mente humana, dandonos la capacidad de entrar en un terreno desconocido, en el cual se pueden producir curas inmediatas y sanaciones propias.
Muchos expertos en la terapia del sonido, afirman que, trabajando las ondas sonoras, es posible la destruccion de muchas celulas dañinas, incluso las cancerosas.
Son magistrales a la hora de equilibrar los chakras y hacernos viajar desde la ansiedad y el estres hasta la paz, la relajacion y la serenidad.
Los cuencos tambien son capaces de llevar a la superficie toda nuestra capacidad creativa. Muchos artistas alaban la capacidad de estas campanas para llamar a las musas.
Asi, nadie queda indiferente ante el poder de los maravillosos cuencos del Tibet. Toda una fuente de positivismo, paz y alegria.
TarotAmigo
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